El despertar de una conciencia conservacionista en Yorigiobe

En el marco de un escenario de cambio global generalizado, la presión humana sobre los ecosistemas marinos ha alcanzado un nivel sin precedentes, provocando la continua disminución de los recursos biológicos. Por décadas el papel del océano ha sido suministrar espacio y alimento a la especie humana y servir de sumidero infinito para los residuos generados como resultado de su creciente y rápido desarrollo, generando fuertes cargas de productos contaminantes y agentes de estrés constantes que están provocando la pérdida de biodiversidad y de la integridad funcional de los ecosistemas marinos. 

Por otra parte también el progreso del conocimiento científico nos ha enseñado que la humanidad necesita ecosistemas marinos “sanos” porque de ello depende desde el valor estético de un ámbito marino local hasta el mantenimiento de condiciones favorables para la biosfera a escala planetaria.

La conservación de la integridad funcional del ecosistema es garantía de la preservación de la biodiversidad y a lo que se debe apuntar es a la sostenibilidad de los ecosistemas para llegar a esto. 

El medio marino en comparación con el terrestre presenta una complejidad tridimensional donde influyen tanto el ambiente pelágico y bentónico, (esto quiere decir  toda la columna de agua del mar abierto y la superficie del sedimento y capas de subsuelo debajo de esa columna de agua),  conectividad física entre ecosistemas (la capacidad de los seres vivos de moverse de un lugar a otro conectando materia y energía),  y la interacción con el sistema terrestre en el ámbito costero, y es este tercer factor es donde nosotros somos los grandes protagonistas. 

Bajo estos conceptos básicos nos vemos en la obligación de contarles lo que hemos presenciado en unos pocos meses de estar ahí constantemente, observando y viviendo Yorigiobe. Este un punto de observación de vida animal importante; cuando vemos con regularidad en la naturaleza grandes mamíferos, aves y reptiles que se encuentran en la cima de la cadena alimenticia significa que todo de ahí para abajo está bien, que está en un cierto equilibrio saludable. Contemplar grupos de delfines de más de 15 individuos alimentándose, ballenas, tortugas en al agua y nidos de tortugas en la playa, mantarrayas, grandes peces como tiburones, jureles y pargos; garzas, chorlitos, águilas pescadoras y muchas otras aves; nos hace pensar que quizás no todo está perdido, que aún quedan lugares y ecosistemas que conservar y es un verdadero alivio. 

No es necesario ser un científico, o un activista ni tener una organización ONG o muchos millones de dólares; lo que se necesita son acciones concretas desde nuestra realidad; a partir de los actos desde nuestra individualidad; desde nuestro hogar,  proteger y cuidar nuestro patio trasero. Estar conscientes e informados de lo que podemos encontrar; ser partícipes y activos en nuestra comunidad ayudando a reciclar, a recolectar basura que vemos en la playa, a no dañar y ayudar a proteger. El primer paso es conocer lo que tenemos, lo que nos rodea y cuáles son sus amenazas, ya lo demás viene por añadidura y amor a nuestro hogar. 

Al comprar un espacio de tierra en Yorigiobe no solo estas adquiriendo un lugar para tu descanso o una inversión monetaria, también estás adquiriendo el gran beneficio de presenciar toda esta vida y naturaleza en sus máximo esplendor, sin embargo esto conlleva una gran responsabilidad en cuanto a la interacción con la naturaleza que se encuentre allí y que ha estado durante siglos y no representar un peligro, un disturbio más, dejar la mínima huella posible para conservar, o incluso ayudar para que esté mejor. Debemos ser conscientes que no somos los únicos ni los más importantes, que dependemos de la naturaleza para vivir. Porque no queremos un mundo sin comida, con enfermedades, pandemias como la que estamos viviendo; con disturbios naturales tan desastrosos, no queremos vivir un apocalipsis constante. Está en nuestras manos poder vivir plenamente, en armonía con lo que nos rodea y poder disfrutar la hermosa vida con salud y bienestar. Debemos despertar una conciencia conservacionista en nosotros y en los que nos rodea, es hora de despertar y recorrer juntos este camino. Será un placer poder compartir contigo y los tuyos de este hermoso espacio de naturaleza y aprendizaje.